El Bosco celebra V Centenario en el Prado

 

El Bosco celebra V Centenario en el Prado.

A penas se sabe nada de la figura del Bosco, y es quizás esto lo que más nos atrae del pintor. No conocemos ni siquiera la fecha de su nacimiento. Se calcula que nació entorno a 1450. Es un artista que destaca por su originalidad y su nivel técnico y estético, lo que le hacen uno de los representantes más importantes de arte Flamenco. Además, este artista es conocido por ser con quien se inicia el Renacimiento.

También es difícil decir el número de obras que realizó el artista. Se cree que tiene alrededor de 25 cuadros y 15 dibujos. La gran mayoría de ellos se pueden visitar desde el pasado 31 de mayo y hasta el 11 de septiembre en la exposición organizada por el Museo del Prado y la Fundación BBVA: El Bosco. La V exposición del Centenario.

Entrar a la exposición es como adentrarse en un espectáculo de magia y fantasía. La organización y la iluminación escogida es completamente distinta a la del resto de exposiciones. Está dividida temáticamente y se pasea por delante de los cuadros como si estos tuvieran una historia que contar. Muchas de las obras están exentas. Gracias a las estructuras diseñadas para que se pueda apreciar la pintura de la forma más completa posible. De esta forma los trípticos pueden verse en su totalidad.

Una de las secciones de la exposición está dedicada al Bosco y su ciudad natal, s-Hertonfgenbosch (actual región de los Países Bajos, al norte de Holanda). Muchas de las obras del pintor se centran en esta ciudad, que le sirve como escenario e inspiración. En ella sitúa escenas bíblicas y retrata la vida de la plaza que le vio crecer.

La religión es uno de los temas más usuales dentro de la colección de obras del Bosco. Desde retratos de santos, la infancia y vida de Cristo, los pecados capitales, el cielo o el infierno y la pasión de Cristo son algunos de estos temas que configuran el resto de secciones temáticas de la exposición.

De esta temática podemos encontrar la Mesa de los Pecados Capitales, La Adoración de los Magos (la obra más antigua que se conoce del Bosco), el Tríptico del Carro de Heno o el Tríptico del Juicio Final entre otros.

Durante la visita se puede disfrutar de su obra más famosa: El Jardín de las Delicias. Un tríptico cargado de luz, color, historia y simbología. Es en esta pintura en la que se inspira una de las secciones. Ademas, desde el 4 de julio se puede ver una proyección audiovisual llamada El Jardín Infinito, en el que se muestran los detalles más ocultos de la obra. No solo permite conocerla con mayor profundidad, sino que se puede apreciar su técnica, su uso delicado de las figuras para mostrar historias más allá y sobretodo su constante simbología.

La simbología en el Bosco viene desde sus inicios como pintor y es una de las piezas claves para entender su obra y su persona. Uno de los elementos que más se repite es el fuego. Cuando es niño, el Bosco presencia un gran incendio en una de las casas de su ciudad y la fuerza y viveza de las llamas se le quedan grabadas en la retina haciendo que sea uno de sus principales recursos a la hora de representar el fulgor del infierno, del odio, la ira, la tristeza,…

Más de 65.000 personas han visitado ya la que es la exposición más grande del mundo. Y es que con decir “El Bosco” se genera una atmósfera de luz, color, mundos casi oníricos, magia y en definitiva arte.

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